miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Tiene Canarias ocho Islas? ¿Existe la Isla Fantasma o de San Borondón ?



"LA ISLA QUE SE ENCUENTRA POR CASUALIDAD, NUNCA CUANDO SE BUSCA"







Uno de los mitos más queridos por el pueblo canario es la leyenda de La Isla de San Borondón. Conocida también por otros nombres muy sugerentes como Isla Fantasma, Isla Mágica, Isla Perdida, Isla Encubierta...
Desde tiempos remotos los abuelos cuentan a sus nietos que en medio del Atlántico, entre la bruma aparece y desaparece la Isla. Esta leyenda forma parte del mundo de la ensoñación,  del misterio. Parece ser que los primeros testimonios se remontan a la Grecia clásica y que los cartógrafos medievales y las fuentes que manejaba Colón ya la mencionaban.
Desde la Antigüedad el hombre siente necesidad de encontrar un Paraíso, un lugar eterno, un remanso de paz donde la vida se detenga y no aceche la muerte. Puede que por  la ansiedad de encontrar ese lugar la imaginación del hombre haya creado la Isla Mágica o quién sabe, puede que exista y tenga el don de aparecer y desaparecer. Pese a su carácter mítico  muchos afirman haberla visto.

El relato que acontinuación vamos a leer lo encontré mientras realizabais los dos trabajos sobre Canarias. Necesitaba un cuento breve para la lectura de la semana y quería que estuviera relacionado con las islas Afortunadas. "Investigando en la Red" encontré esta leyenda que complementa los trabajos elaborados. Si quieres saber más sobre la Isla de San Borondón pincha en el enlace


Lee atentamente

 La isla de San Borondón



"Cuenta la leyenda que un monje del siglo VI de nombre Brandán o Borondón, viajero incansable e intrépido, partió acompañado por otros monjes en una modesta embarcación con la que se adentró en el Mar Tenebroso, hoy conocido como océano Atlántico. Iba en busca del Paraíso Terrenal.
Fue su primo, un ermitaño llamado Barinthus, quien le habló de la existencia de ese lugar maravilloso donde vivió Adán el primero y donde Dios permitía a sus santos vivir después de la muerte. En aquella tierra abundaban las flores y los árboles frutales y su suelo estaba cuajado de piedras preciosas. Tan impresionado quedó San Brandán con el relato, que al día siguiente propuso a San Maclovio y otros catorce de sus discípulos emprender viaje en busca de aquella Tierra Prometida.
Durante siete años navegaron por el Atlántico y se enfrentaron todo tipo de adversidades, desde feroces tormentas hasta temibles y enormes monstruos marinos que pretendían devorarlos. Arribaron a muchas y muy extrañas islas, como la de San Albeus, donde vivían veinticuatro monjes que no pronunciaban palabra desde hacía ocho años. O la isla de las viñas, cuyas uvas eran del tamaño de manzanas y bastaba una de ellas para alimentar a un hombre durante todo un día.

Vieron también durante la travesía una fabulosa columna de cristal que permanecía de pie en medio del océano. Encontraron demonios, pigmeos, gatos marinos y serpientes, dragones, buitres y ángeles. En una de las tres islas volcánicas que avistaron, descubrieron a Judas sentado en una roca arrepentido. Otra estaba habitada sólo por grandes ovejas blancas. Y aún divisaron otra que a la que llamaron Paraíso de los Pájaros, en la que los árboles no tenían hojas, sino menudas criaturas cubiertas de plumas que se colgaban de las ramas por el pico.

Pero ocurrió que un día, tras duras jornadas de viaje, divisaron a lo lejos la más extraña de ellas: una isla que parecía haber surgido milagrosamente del fondo del mar. Sin pensarlo dos veces desembarcaron para descansar y recoger víveres. Mucho les llamó la atención lo raro del terreno y su increíble vegetación, pero no le dieron mayor importancia. Cogieron para guisarla la carne que habían guardado en la nave y cortaron leña para el fuego.
De repente, tras la comida, el suelo empezó a moverse y todos gritaron despavoridos, llenos de temor corrieron en todas direcciones, la isla entera temblaba y se iba alejando del barco. Calmó como pudo San Brandán a sus hombres, recogieron las provisiones y a duras penas embarcaron de nuevo. Ya a lo lejos, contemplaron el lugar donde habían estado, que, como una engañosa ballena, acabó por hundirse de nuevo en el océano ante el asombro y la maravilla de todos.


Este lugar, no es otro que la conocida como isla fantasma de San Borondón que, tiempo después, fue situada entre las Islas Canarias y considerada la octava isla del archipiélago.
Aún hoy es posible divisarla en el horizonte, pero cuando los navegantes pretenden acercarse a ella, la niebla la envuelve y desaparece sin dejar rastro".

                                        (Fuentes: sobreleyendas.com, laisladescubierta.net y otras)

 

 

 

 

TAREA

 

 

 

 

 

Leemos en voz alta una vez. Repetimos la lectura en silencio. Después: 

  • Buscamos el significado de las palabras subrayadas en la RAE (recuerda que en el diccionario los verbos debes buscarlos en infinitivo y todas las palabras en singular). 

  • Contesta:

  1. ¿Quién era  Borondón y cómo era?

  2. ¿Con qué otro nombre se conoce al Océano Atlántico?

  3. ¿Cuándo realizan el viaje y qué buscaban?

  4. Explica qué le cuenta sobre la Isla su primo, el ermitaño Barinthus.

  5. Enumera las adversidades y  lo que vieron en sus siete años de travesía.  

  6.  Describe cómo era la Isla

  7. ¿Qué ocurrió cuando estaban en ella?

  8. Argumenta por qué se conoce como isla Fantasma.

  •   Escribe una reflexión sobre la lectura: argumenta si te ha gustado, por qué, qué parte te ha resultado más atractiva, ¿crees qué existe y si no existe crees que el hombre necesita  mitos, soñar? ¿Por qué?

  • Por último, escribe una oración con cada una de las palabras subrayadas. 

 








No hay comentarios:

Publicar un comentario